Hubo un hombre llamado Lucien Georges Mazan que entre 1907 y 1908 ganó la recién creada Milán-San Remo, ganó la París-Bruselas, ganó la Vuelta a Bélgica y el Tour de Francia de 1907 y el de 1908. Era fotógrafo y escritor. Fue soldado en la Primera Guerra Mundial y por cosas del destino vivió en Buenos Aires desde los ocho hasta los veinte años. Un día se cambió el nombre y se bautizó: Lucien Petit-Breton y desde entonces su leyenda vive en cada carretera de Francia, de Bélgica, de Italia y de Argentina. Su espíritu quedó para siempre en los velódromos de París, de Buenos Aires y de Nueva York. Fue el primer ciclista en ganar dos veces seguidas el Tour de Francia. Esta biografía novelada no solo nos permite rescatar del olvido a una de las leyendas más grandes del ciclismo, sino que nos invita a participar de lo que fueron todos los cambios que tuvo la bicicleta entre el siglo XIX y el siglo XX, y nos deja ver cómo nació el Tour de Francia y el Giro de Italia y sobre todo, nos muestra cómo fue que empezó este amor por la fatiga, y por subir a la bicicleta y conquistar todos los puertos de montaña.