Con todas las características del cine mudo, blanco y negro, gestualidad y plástica expresionistas, atmósfera exuberante, ritmo narrativo veloz, este álbum creado por esta artista danesa, parte del conflicto de muchos héroes infantiles que, llegados a nuevos mundos siendo niños aún y sin la protección familiar, deben valerse por sí mismos. Aquí, la sombra se separa de la niña, juega con ella (¿la soledad?), y finalmente la persuade de atravesar el portal. En ese mundo en donde la naturaleza es exuberante y hay personajes enormes, pequeños, primitivos, la ausencia de la palabras dotan de todo el sentido, luz y juego que debe tener el lector activo para crear la narración, entre tanto la niña encuentra a su sombra, a sí misma. Los grabados de Kristoffersen y los personajes que componen, podrían moverse entre los personajes ambiguos de Wifredo Lam, los universos encantadores de Miyazaki y la obra expresionista de Robert Wiene, un verdadero museo no solo para los más pequeños sino para quienes les acompañen en esta lectura.