WILLIAM OSPINA
GUAYACANAL
LIBRO TAPA BLANDA
RANDOM HOUSE
Precio: 65000.0
ISBN: 9789585458857
En Guayacanal -el nombre de la finca de su familia, en torno a la cual ocurría la vida-, William Ospina cuenta la historia de sus bisabuelos, de sus abuelos y de Padua y sus contornos, el lugar en el que nació y donde pasó una infancia feliz y embrujadora que, comprueba él, nunca lo ha abandonado. Con una prosa envolvente y cercana, sencilla y poética al mismo tiempo, conduce al lector, con la arbitrariedad con la que ocurren la vida y la memoria, del presente al pasado y del pasado al presente una y otra vez, y de los parajes de su niñez que en la actualidad recorre con nostalgia y emoción se va a un pasado múltiple: a la Conquista, a la Colonia y, sobre todo, a la primera mitad del siglo XX, cuando sus antepasados se asentaron en la zona y fueron testigos y protagonistas del nacimiento de un mundo maravilloso y complejo, que supo mantenerse al margen de una violencia que, por desgracia, al final llegó. Llena de alegría, de música, de naturaleza, de personajes de una humanidad inverosímil, de fiestas, relatos, poesía, magia y francachelas, por un lado, así como de mezquindades gratuitas, de hombres aviesos, de terribles crímenes, esta extraordinaria novela logra, en cierto modo, desentrañar un país entero, su espíritu.
WILLIAM OSPINA
EN BUSCA DE BOLIVAR
LIBRO TAPA BLANDA
DEBOLSILLO
Precio: 43000.0
ISBN: 9786287513600
«Bastó que muriera para que todos los odios se convirtieran en veneración, todas las calumnias en plegarias, todos sus hechos en leyenda. Muerto, ya no era un hombre sino un símbolo. La América Latina se apresuró a convertir en mármol aquella carne demasiado ardiente, y desde entonces no hubo plaza que no estuviera centrada por su imagen, civil y pensativa, o por su efigie ecuestre, alta sobre los Andes. Por fin en el mármol se resolvía lo que en la carne pareció siempre a punto de ocurrir: que el hombre y el caballo se fundieran en una sola cosa. Aquella existencia, breve como un meteoro, había iluminado el cielo de su tierra y lo había llenado no sólo de sobresaltos sino de sueños prodigiosos.» William Ospina.