Antonella es una chica que siempre había vivido en Roma. Linda, algo introvertida y deportista quien no creía en las historias de jóvenes enamorados perdidamente. Hasta que conoció a Fernando, un chico guapo, sociable y divertido. Un extranjero de nacionalidad chilena, que le muestra la vida de una manera muy particular, que todo encaja en un momento y que es posible dejarse amar. Ambos disfrutaban de su último año de colegio. Se sentían invencibles y recopilan intensos momentos vividos, pensando que serían compañeros de vida. Sin saber que siempre puede ser mucho tiempo.

Ella queda sumida en un largo olvido, en la ausencia y en los recuerdos de esa relación tan fuerte que vivió alguna vez, dejando grandes huellas de amor tatuadas en su corazón. Él lleva en sus espaldas dolores del alma, tristezas que lo hacen huir, incluso de sí mismo.

Un viaje a Washington DC, y las coincidencias los unen nuevamente. ¿Podrá Antonella perdonar a Fernando por haber huido y por los años de lejanía? ¿Qué pasa cuando dos almas que se amaron con esa intensidad por casualidades del destino se vuelven a cruzar? ¿Qué pasa con ese amor tan fuerte que alguna vez existió? ¿Será una oportunidad que no pueden rechazar? ¿Tendrán la libertad para soñar como hacía años atrás?